Para el trabajo “REGISTRO SENSIBLE I - PROYECTO “CIUDAD”, decidí trabajar el concepto “La verticalidad de las normas urbanas”.
Antes que nada, quisiera explicar el concepto de la palabra norma jurídica y norma urbana. La primera es la: “es una regla u ordenación del comportamiento humano dictado por la autoridad competente del caso, con un criterio de valor y cuyo incumplimiento trae aparejado una sanción. Generalmente, impone deberes y confiere derechos. Tiene por objeto regular las relaciones sociales, o la conducta del hombre que vive en sociedad, y tiene la característica de la coercibilidad, la posibilidad legitima de recurrir al uso de la fuerza socialmente organizada en caso de su incumplimiento” (http://es.wikipedia.org/wiki/Norma_jur%C3%ADdica). La norma urbana refiere a “los instrumentos mediante los cuales se orientan las intervenciones, las actividades y las inversiones de los sectores públicos y privados en el territorio de la ciudad, según las características particulares y la función que cada zona o uso cumple en la estrategia de ordenamiento. Propician las relaciones armónicas entre los ciudadanos en la medida en que se reducen los conflictos entre las diferentes actividades que se desarrollan en un sector y regulan la intervención en las edificaciones y predios para que haya unidad y coherencia entre ellos” (http://www.curaduria3bogota.com/contenidos.php?Id_Categoria=169).
Al referirme a la verticalidad, hago referencia a que las normas se presentan bajo una “estructura de lo vertical", ya que, conceptualmente, implican una relación "verticalista", valga la redundancia, entre quien tiene la autoridad para imponer la regla y quien debe someterse a ella (Gisela Di Marco). Además del hecho que las normas urbanas, se encuentran el 99% de los casos, impuestas de manera vertical en forma de carteles colocadas en postes, o de carteles en sí, apoyados en algún elemento vertical (árboles, paredes, postes de luz, etc.).
Estas normas nos guían día a día en nuestro rol de ciudadanos, ya sea para darnos el paso como peatones, tal es el caso de los semáforos, o para indicarnos dónde se puede, o no, estacionar el auto. En resumen, estas reglas nos dicen que podemos hacer o que tenemos prohibido realizar en la ciudad, para que podamos vivir “cómodos y en armonía”. Eso es lo que quiero mostrar.
Con respecto a la estética, utilicé el “foco selectivo” con lo cual pongo la atención en la norma y en un segundo plano la ciudad, sus habitantes y sus componentes, ya que quiero resaltar que las normas son las imponentes. Sin embargo, hay algunas excepciones en que en 2 fotografías, la totalidad de la imagen se encuentra fuera de foco, pero siempre priorizando a la norma. Para ello, regulé el foco de la cámara manualmente, con una velocidad de obturación baja y el diafragma abierto casi al máximo.
Compuse a la imagen con los motivos principales en los laterales izquierdos o derechos, para que otros elementos no interrumpan en la atención de los carteles.
Debido a la altitud de los carteles y, por consiguiente, al concepto que elegí, tomé las normas urbanas desde un ángulo contrapicado, para realzar su imposición, como alguien que las mira desde abajo, alguien inferior.
Solo usé photoshop en una fotografía, para resaltar el cambio de luz de los semáforos, pero en un mismo motivo.
Algunas fotografías están quemadas y el cielo parece “comerse” a los edificios, con lo que quise expresar el color del cielo en un día nublado invadiendo los edificios; los elementos que estaban en movimiento a la hora de tomar la fotografía, en la imagen finalizada dan esa sensación de movimiento, y fue en estos aspectos, además de las composiciones fuera de foco, donde relacioné mi trabajo con algunos elemento del impresionismo, donde las cosas de ven como son y no como deberían verse (Gombrich). Ya que cuando el ojo capta algo con atención y dándole importancia con respecto a otros elementos, este se ve nítido mientras que lo demás se ve “fuera de foco”, otro caso es el del movimiento, ya que si un auto pasa en frente de nosotros a gran velocidad no lo vamos a ver perfectamente, sino con este efecto de movilidad (tal como trabaja Edgar Degas en la serie Bailarinas para representar adecuadamente la percepción deformada que se produce frente las imágenes en movimiento).
Los colores también son importantísimos, porque los carteles tienen colores fuertes y brillantes para captar la atención de transeúnte o el conductor, así que traté que estos no se pierdan. Pero a su vez en el fondo no hay colores que llamen mucho la atención.
La forma apaisada de las fotografías remiten a los paisajes que pintaban los impresionistas, captando cada cambio que sufría el motivo, dependiendo de las cuestiones climáticas y de iluminación.
Cabe destacar que muchos de los carteles están dañados, gastados, sucios y con otros carteles encima, lo que demuestra también, de manera conceptual, una forma de “subversión” por parte de las personas, de no querer respetar estas reglas o respetándolas a la fuerza porque se les obliga a hacerlo, y al “transgredirlas físicamente” (con dibujos y rayones por ejemplo) demuestran la poca importancia que le dan.
Como Monet que abandonó el estudio para pintar al natural, yo abandoné mi hogar para fotografiar la ciudad.









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